La primera reunión de nuestra asociación tuvo lugar el pasado 18 de octubre en el salón cedido por la Fundación la Caridad.

Ramón Pérez Lucena, presidente de la asociación, abrió la reunión explicando el porqué de PYMEF y aprovechó la exposición de las fundaciones que componen PYMEF para sintetizar brevemente los fines y la naturaleza de las fundaciones representadas en la reunión. A continuación, cada uno de los ponentes dedicó unos minutos para aportar experiencias e ideas con los que contribuir a la mejora de las asociadas y fomentar el debate.

Guillermo Giner, de la Fundación Músicos por la Salud, explicó las claves que habían llevado al crecimiento exponencial de su proyecto y sus numerosos reconocimientos. Resaltó la importancia de la colaboración entre lo público y lo privado. Músicos por la Salud vive gracias a fondos privados mientras que desarrolla su actividad en instituciones públicas.

Rafael Puertas, de la Fundación Mujeres Felices, expuso que la forma más eficiente de gestión de una entidad sin ánimo de lucro es el modelo empresarial. Ante un cambio de paradigma económico, las fundaciones no pueden limitarse a pedir fondos sino que han de ofrecer productos que el mercado desee comprar y, con su beneficio, continuar engrasando la maquinaria para que sean entidades sostenibles con una repercusión positiva en su entorno y especialmente en los usuarios a los que se dirige. Ejemplificó esto con el proyecto The Good Truck; furgonetas de comida ambulante con los que se crean puestos de trabajo dirigidos a mujeres con hijos en riesgos de exclusión social. Una respuesta tras observar que actualmente el perfil de la pobreza a es el de la mujer con hijos y de familia monoparental.

Carlos Pauner, de la Fundación Carlos Pauner. Al hilo de la exposición de Rafa, Carlos detalló cómo su fundación puede trabajar gracias a los beneficios que obtiene al ofrecer sus productos, generalmente a empresas. Actividades grupales como el outdoor, o experiencias como el Helitrek o el Trekking en Nepal, permiten financiar los proyectos educativos de la fundación y mantener, en parte, el orfanato Asahaya Balghar, en Katmandú y dos colegios públicos.

Luis Berruete, de la Fundación CREAS. También Luis apoyó las exposiciones anteriores en defensa del papel de la empresa, ya que la naturaleza de su fundación es un fondo de inversión. CREAS invierte en empresas socialmente responsables.

Anabel Lasheras, de la Fundación Mémora, destacó la importancia de contar con especialistas realmente implicados y con dedicación al proyecto.

Tras las exposiciones, se hizo una breve pausa para el café y se reorganizó la sala para favorecer la interactuación y el diálogo. Paco Martín y Lidia Nicuesa, presentaron su fundación: Canem, de preparación de perros de alerta médica para prevenir crisis de diabetes tipo I y epilepsia. Su introducción despertó la curiosidad de los asistentes y reavivó el debate.

Para finalizar, también se tocó el tema de la importancia estratégica del posicionamiento en redes y se facilitaron algunas de las claves para el futuro digital por medio de Manuel Morillas.

Buena parte de los miembros del Consejo Asesor de PYMEF, continuaron con la tertulia durante la comida.

En resumen, nos quedamos con algunas ideas que todos los asistentes compartieron.

Nos encontramos en un momento de cambio social y económico. La rápida evolución obliga a todo tipo de entidades a actuar rápidamente e incluso anticiparse. Estos comportamientos están completamente integrados en el mundo empresarial desde sus orígenes: si una marca quiere sobrevivir ha de adelantarse a su competencia y ofrecer los productos que interesen al público.

Pero esto no es fácil, especialmente ahora, cuando la evolución socio-económica es más rápida que nunca. Se requiere de un grado de profesionalización cada vez mayor. Esta misma lógica, como entidades integradas en la sociedad que son, afecta a las fundaciones, sin embargo, es raro dar con fundaciones que cuenten en su equipo con profesionales que sepan entender el mercado, lo que les lleva a ir atenuando su impacto y alejándose de sus objetivos como consecuencia de su dependencia de las sociedades.

El funcionamiento tradicional de las entidades sin ánimo de lucro  dinero a cambio de imagen- está desapareciendo. La RSC de las empresas cada vez busca más la participación activa en las entidades con las que colabora.

Las fundaciones han de cambiar sus técnicas y alinear sus fines con los de las empresas, es decir, que los beneficios de la fundación no sólo tengan un impacto positivo en los usuarios, también han de suponer beneficios para los accionistas de las propias empresas.