El crowfunding es una estrategia más que extendida para la consecución de fondos para proyectos, gracias a la ayuda de particulares que aportan pequeñas donaciones. Y, sobre todo, vemos sus éxitos en casos y proyectos que no están contemplados, o tienen escasa ponderación, en las convocatorias publicadas por la Administración u otras entidades con fondos dirigidos a actividades de utilidad general. Sin embargo, sí que son valoradas por la ciudadanía.  Algunos de los casos más evidentes son la producción de arte o los proyectos de protección animal.

De ahí nace el interrogante que da lugar al nacimiento del matchfunding. Las resoluciones de las convocatorias según la valoración de un jurado ¿se ajustan a las preferencias y necesidades reales de la sociedad? ¿Saben estas instituciones, especialmente las administraciones, cuales son los proyectos que más impacto real tendrían sobre el bienestar general?

Pues bien, el matchfunding tiene en cuenta la opinión de todos los grupos de interés involucrados. Primero, las empresas que buscan proyectos o las Administraciones, se dirigen a una plataforma que trabaje con este tipo de estrategia colaborativa (como la Fundación Goteo, teaming o migranodearena.org) y proponen una convocatoria con unas determinadas áreas de actuación. Posteriormente, estas plataformas se dirigen a los responsables de los proyectos inscritos en sus bases de datos cuyos objetivos estén alineados con las respectivas convocatorias y les animan a publicar sus proyectos dentro de esa convocatoria. Por último, y de igual forma que en el crowfunding tradicional, llega la fase en la que los usuarios escogen los proyectos con los que quieren colaborar es entonces cuando las entidades convocantes duplican los donativos hechos por los usuarios hasta agotar los fondos que tenían previstos.

De esta forma, es la propia ciudadanía quien escoge los proyectos y las empresas e instituciones reciben información sobre la realidad social a la que se dirigen. Propuestas que podrían haber quedado descartadas durante el proceso de selección si siguen los baremos recurrentes, como el tipo de entidad, los años transcurridos desde su registro o la experiencia previa gestionando proyectos, tienen ahora una oportunidad.