Desde hace unos años el número de ONGs ha ido en aumento y, con ello la competencia por conseguir fondos. Si bien sus grandes aliados tradicionalmente habían sido las empresas que destinaban parte de sus presupuestos a causas sociales, con esta proliferación cada vez es más difícil ser escogido.

La aportación económica de las firmas a cambio de poner su logo en algún lugar visible ya es cosa del pasado, ahora las empresas buscan otras formas de participación más activa y, gracias a la variedad de fines y estrategias de las ONGs, pueden permitirse el lujo de escoger cuánto y cómo.  Esta alta demanda de fondos pone muchas veces a las entidades sin ánimo de lucro en una encrucijada, así que buscan la solución en nuevas vías y modelos de financiación, sin embargo, muchas veces se olvidan de un actor protagonista: el ciudadano.

El avance de las tecnologías, las nuevas formas de relacionarnos, las nuevas tendencias…todo esto y mucho más es lo que los profesionales del marketing valoran a la hora de diseñar una campaña, ya sea para una marca de ropa como para una ONG. Las entidades sin ánimo de lucro han caído en la misma lógica de mercado que las empresas, por eso tiene sentido que recurran al mismo tipo de profesionales, que buscarán técnicas innovadoras para atraer la atención de los donantes potenciales. Sin embargo, con este modelo competitivo se está perdiendo la esencia de la donación. La inversión en marketing y fundraising de fundaciones en Madrid aumenta a costa del detrimento en sus proyectos, que son la verdadera razón de su existencia. Los ciudadanos están acostumbrados a ser bombardeados con mensajes comerciales y están cansados y predispuestos a huir de estrategias clásicas como el marketing directo porque ya han oído muchas veces el mismo mensaje con distinto envoltorio. En este momento es cuando hay que hacer una pausa y replantearse si la estrategia actual es la más adecuada para conseguir la participación ciudadana.

Cuando ya está (casi) todo visto, el ciudadano ya sabe identificar cuando alguien le intenta vender un producto con un discurso prefabricado que repetirá minutos más tarde a otro ciudadano como él. Sin embargo, no es tan habitual que el responsable de conseguir fondos no sea un experto en marketing. La naturalidad y la transparencia es algo que escasea cada vez más y que inevitablemente llama la atención y genera confianza, lo que es fundamental cuando lo que se está pidiendo es una donación para una causa que puede estar a cientos de km de distancia. Por eso se ha de buscar menos especialistas en ventas y más personas que estén en contacto con el proyecto, lo conozcan al detalle y crean sinceramente en él. No se quiere vender un servicio que se pueda desglosar en características, sino una experiencia reconfortante. Una recompensa emocional y una satisfacción psicológica por contribuir como individuo a mejorar una situación de vulnerabilidad social. Al final, la empatía es el mejor aliciente para querer formar parte y contribuir de forma personal.

En PYMEF nos preocupamos por que las fundaciones puedan dedicarse por completo a cumplir sus objetivos y que amplíen sus experiencias y competencias para que sus proyectos se profesionalicen cada vez más, contribuyendo a la mejora social y ecológica. Nos hacemos cargo de su gestión integral  con tal de que puedan desentenderse de las tareas más pesadas. Si formas parte de una fundación y necesitas más tiempo para poder invertirlo en el proyecto que realmente os mueve, ponte en contacto con nosotros a través de info@pymef.org.