El pasado mes de octubre la Coordinadora Catalana de Fundaciones rindió homenaje en Barcelona a las ocho fundaciones catalanas que siguen activas tras más de 500 años de historia.

Llama la atención la naturaleza sociosanitaria de todas ellas pero teniendo en cuenta que la más joven se fundó en 1.464 y la más antigua en 1.170 se entiende que nacen como consecuencia de un periodo histórico en el que la higiene era pésima a causa de la pobreza tan extrema que azotaba a la mayoría de la población. Algunos clérigos, nobles u otros ciudadanos pasaron a constituir estas fundaciones para poder ayudar a los más desfavorecidos.

Fundació Hospital de Sant Celoni (1.170, Sant Celoni. Barcelona)

Según la documentación encontrada, en sus inicios había dos hospitales en la zona, y anterior al de Sant Celoni estaba el de Sant Nicolau, gestionado por frailes militares sucesores de los templarios. El hospital pasó por una serie de crisis, como una paralización a mediados del siglo XIX con la Ley de Desamortización o cuando tuvo que depender del Ayuntamiento durante la Guerra Civil.

Fundació Sant Andreu Salut de Manresa (1.260, Manresa. Barcelona)

En realidad, la fundación tal y cómo es actualmente nace en 1.999 como resultado de la fusión entre la Fundació Assistencial del Bages i el Hospital de Sant Andreu, siendo este el que se data en 1.260 y que, según la documentación encontrada, se llamaba inicialmente Hospital Superior. Esto es porque había un segundo hospital (Hospital de Santa Lucia) conocido entonces como el Hospital Inferior.

Fundació Salut Empordà (1.313, Figueras. Girona)

Inicialmente el Hospital estaba en una vía directamente comunicada con Francia y su cometido era la de dar cobijo y comida a enfermos con pocos recursos y a peregrinos. Fue a partir del S.XVI cuando toma un carácter más asistencial. Los enfermos del pueblo que sí que tenían solvencia empezaron a ir al centro porque consideraban que estaban mejor cuidados que en sus casas y tras su estancia hacia aportaciones al Hospital. Fue a partir de entonces cuando se empezó a especializar en la curación y a luchar contra las enfermedades.
Fundació Hospital Sant Joan Baptista (1.324, Sitges. Barcelona)
El Hospital fue instituido por el caballero Bernat de Fonollar, señor del castillo de Sitges, y lo proyecta para acoger a gente desvalida (pobres, peregrinos, enfermos, etc.). Sin embargo, más tarde, cuando empieza a funcionar el Hospital Comarcal de Sant Camil, el centro pasaría a ser una residencia geriátrica.

Fundació Privada Hospital Asil de Granollers (1.328, Granollers. Barcelona)

El Hospital fue fundado por Bertran de Seva para acoger a peregrinos y enfermos. Inicialmente se trataba de un edificio gótico del que hoy en día sólo queda una sala, y más tarde se tranladaría al convento de Capuchinos, pero en el S XX de nuevo tuvo que cambiar de ubicación por culpa del trazado del ferrocarril en construcción. Pudieron financiar la nueva construcción gracias a la aportación de muchos ciudadanos y entidades.

Fundació Residència Santa Susanna (1.386, Caldes de Montbui. Barcelona)

La construcción del Hospital fue una iniciativa de los hermanos Pere i Bernat Lunes que querían contribuir al bienestar de su pueblo ayudando a los pobres y enfermos. Aunque la estructura se conserva, como la mayoría se hospitales de esa época, necesitó ampliar sus instalaciones y comenzó la construcción de otro edificio, sin embargo, no se acabaría el proyecto hasta 50 años después por falta de recursos.
Fundació Privada Hospital Sant Pau (1.401, Barcelona)
Nace de la unión de seis hospitales que había en la provincia de Barcelona. Se diseña un gran proyecto para ampliar las instalaciones, contaría nada menos con 48 pabellones, sería “una ciudad dentro de la ciudad”. Finalmente sólo se construirían 27 de éstos.

Fundació Hospital de Sant Pau i Santa Tecla (1.464, Tarragona)

También nace de la unión de los dos hospitales de la ciudad en aquel momento. Y es que, durante la Guerra Civil Catalana se ven obligados a fusionarse debido a las consecuencias del conflicto, que hizo que las instalaciones empeorasen enormemente. El hospital también cambió su nombre de Hospital de Santa Tecla a Sant Pau i Santa Tecla porque ser capellán en su capilla no era un cargo vitalicio y eso llevaba a que se desarrollase con desgana, así que los administradores consiguieron instaurar un beneficio perpetuo en la capilla bajo el amparo de Sant Pau y Santa Tecla, así el título pasaba a ser el de prior. El nombre no se popularizó hasta casi un siglo después.
La mayoría de ellas han pasado por crisis que las obligaron a tomar grandes decisiones, muy frecuentemente asociadas a la ampliación y mejora de las instalaciones, de forma que se han convertido en referentes médicos por su experiencia y modernización conforme los avances tecnológicos y a las distintas sociedades que han visto pasar.