Desde hace relativamente poco,  se aprecia un interés creciente en las empresas por implementar o mejorar su Responsabilidad Social Corporativa (RSC) porque lo que empezó siendo algo llamativo en algunas empresas, como la ayuda económica a ciertos proyectos, pasó a ser algo tan extendido que apenas suponía ya un valor añadido, especialmente para las grandes empresas, donde la competencia es muy fuerte y donde se van copiando técnicas y productos unas a otras.

Sin embargo, los expertos de varias ramas relacionadas con el mundo empresarial, ven en las colaboraciones un poderoso aliado para mejorar el posicionamiento en el mercado de las empresas, y para esto estudian todas las posibilidades que genera una alianza con una entidad sin ánimo de lucro, con una fundación, o incluso constituyendo la empresa una fundación para estas tareas.

El punto de partida para que prospere es la afinidad de la empresa con la entidad y el proyecto. Los vínculos y las redes colaborativas, en un mundo cada vez más globalizado y con unas reglas de juego más duras, son fundamentales a la hora de decantarse por una inversión u otra.

La Asociación Española de Fundraising en su Barómetro de Empresas46, publicado en 2015, esquematizaba porcentualmente las principales motivaciones de las empresas para vincularse a entidades no lucrativas.

2018 08 01 11h09 31 1 300x202 - Las motivaciones empresariales para colaborar con fundaciones

Los intereses de la empresa se mueven en muchas líneas estratégicas como ampliar el mercado o mejorar su reputación en los que ya opera. Esto se suele dar mucho en casos en los que necesitan una limpieza de imagen. Pero, además de la imagen, que es a lo que rápidamente se asocia la RSC, hay otros motivos que hacen de la inversión en proyectos sociales algo corporativamente interesante, como es la creación de redes de trabajo con otras compañías gracias a la asistencia a eventos, las reuniones o los contactos que se ganan a través de la entidad no lucrativa.

Algo que estaba infravalorado hasta hace relativamente poco es la conducta y la ética interna en la organización. El endurecimiento de la competencia ha hecho que haya que optimizar todos los agentes que conforman una empresa y entre ellos destacan los empleados. Invertir en proyectos sin ánimo de lucro repercute en los trabajadores de formas muy diversas, desde el orgullo de pertenencia,  la implicación y eficiencia del trabajador para obtener mejores  resultados de su trabajo, el deseo de tomar parte activamente en la causa (mejorando consecuentemente sus competencias si así lo exige el voluntariado) o la captación de talento, porque una empresa que actúa éticamente siempre va a atraer a nuevos candidatos que deseen trabajar para ella, permitiéndole elegir entre muchos más interesados.

De una forma más visual podríamos agrupar los beneficios de las alianzas entre empresa-entidad no lucrativa más valorados de la siguiente forma:

  • Imagen social: La empresa ganará notoriedad y se diferenciará de otras al relacionarla con ciertos valores, se reforzará su marca y fomentará la lealtad de los usuarios.
  • Orgullo de pertenencia: Las alianzas con entidades sin ánimo de lucro lleva a que los empleados se sientan orgullosos de pertenecer a una empresa éticamente responsable que invierte en proyectos sociales y sostenibles, con lo que su vínculo con la empresa se estrechará y consecuentemente su eficiencia laboral. Además, ayudará a que nuevos talentos se interesen y quieran formar parte de la organización.
  • Acceso a nuevos recursos: A través de la entidad, la empresa entrará en contacto con nuevos grupos de interés, desde proveedores, empleados, clientes, socios y materiales, hasta conocimientos y técnicas. Además, tendrá acceso a nuevas fuentes informativas que pueden ayudarle a mejorar sus competencias y estrategias.
  • Ampliación de mercados: Colaborar con proyectos que se desarrollan o benefician a distintas zonas geográficas llevará el nombre de la marca a nuevos mercados potenciales. Asimismo, si se alían con entidades que tengan objetivos similares o pertenezcan al mismo sector, llegarán a usuarios a los que probablemente les interese su producto.
  • Innovación: Conocer mejor las necesidades sociales de su entorno ayudará a que la empresa pueda adaptarse al paradigma social en el que vive.
  • Interés en el proyecto: Si el proyecto está estrechamente relacionado con los intereses de la empresa puede interesarle participar en mayor grado.
  • Buenas relaciones con la Administración: Una empresa que se involucra y apoya causas sociales suele mantener una buena relación con organizaciones civiles. Esto le proporciona seguridad y le facilita la licencia de operación.
  • Beneficios fiscales: No suele ser el motivo principal pero sí que se tienen en cuenta a la hora de valorar invertir en proyectos con entidades sin ánimo de lucro.
  • Razones personales: La filantropía de los accionistas también lleva en ocasiones a establecer relaciones desinteresadas.

Con los motivos desglosados por puntos, se aprecia que la nueva RSC tiene una visión menos cortoplacista y tiene en cuenta que crear valor social, como parte de la sociedad que son, desemboca en un beneficio para los propios accionistas.

 

En PYMEF ayudamos a las pequeñas y medianas fundaciones a alcanzar sus objetivos. Objetivos que necesitan financiación para poder convertirse en una realidad. Conocemos cómo funciona el tejido empresarial y nos actualizamos constantemente para estar al día en las últimas tendencias y las nuevas estrategias para que las empresas deseen colaborar con nuestras fundaciones.

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