La reputación es un bien muy preciado para cualquiera pero en el caso de las empresas puede ser la diferencia entre el éxito o la quiebra. Forjarse una buena reputación puede llevar años y sin duda mucho esfuerzo, sin embargo, perder esa buena reputación es muy fácil. Con una crisis mal gestionada la empresa puede dañar su imagen de una forma irreparable.

Desde hace un tiempo las cosas han cambiado y mucho. Los responsables de comunicación de las empresas siempre han fijado su objetivo en el control de los medios de comunicación como principales moldeadores de la opinión social, pero con la democratización de internet y las redes sociales, que permite a cualquiera difundir una opinión, el control de las crisis es mucho más complicado e imprevisible. Incluso una fake new puede ser responsable de pérdidas. A esta pérdida del control de la opinión se suma que ahora hay más variables que se valoran. Hace un tiempo, el éxito financiero era sinónimo de buena reputación pero actualmente factores como el trato dado a los empleados, la atención al cliente, las buenas relaciones con los proveedores, los valores de la empresa o su compromiso social entre otros, han ganado mucho peso a la hora de hacer una valoración por parte de cualquiera de los grupos de interés. Incluso otros accionistas entienden que a largo plazo invertir en estos conceptos acaba reportando beneficios.

Los profesionales de comunicación coinciden que una de las medidas preventivas más eficaces es la de la constitución de una fundación. Es una herramienta que permite un trabajo social continuado y de fácil difusión, lo que lleva a consolidar una imagen de fuerte compromiso social mucho más rápidamente y ante una crisis minimiza los impactos a la compañía gracias a su intervención como figura de interés general.

Echando un vistazo al Estudio Advice de Éxito Empresarial del primer trimestre de 2018 vemos que los 5 primeros puestos de las empresas mejor valoradas son de sociedades que tienen fundación propia.

CaixaBank – Fundación la Caixa
Obra Social la Caixa es el mayor impulsor de proyectos sociales de España. Su recurrente participación en proyectos de interés general de naturalezas muy variadas conlleva el alcance de muchos colectivos y la consolidación de su imagen fuerte y comprometida. Además, es fácil confiar en su viabilidad como entidad bancaria ya que es CaixaBank el responsable principal del mantenimiento y crecimiento de una fundación que destina millones a proyectos. Además, ¿quién no se va a sentir atraído por depositar su dinero un banco que ves diariamente cómo transforma los beneficios en acción social?

Telefónica – Fundación Telefónica
Fundación Telefónica es otra de las grandes inversoras. En su caso, generalmente alinea sus proyectos, propios o financiados, con su actividad empresarial, lo que le reporta consecuentes beneficios estratégicos (grupos de interés, atracción de talento, etc). Apuesta por la formación, la cultura digital y el arte. Además, coincide con la Caixa (Caixaforum) en que cuenta con espacios de promoción cultural.

El Corte Inglés – Fundación Ramón Areces
El Corte Inglés se mueve entre la línea de la RSE y la fundación que lleva el nombre del segundo presidente de la compañía, la Fundación Ramón Areces. Mientras que El Corte Inglés se implica directamente a través de su responsabilidad social en proyectos de naturaleza variada, la Fundación es uno de los referentes de inversión en talento científico.

Banco Santander – Fundación Banco Santander y Fundación Botín
En el caso del Banco Santander, ya no sólo cuenta con la enorme presencia de la fundación corporativa, sino que la reputación del propio Emilio Botín, uno de los empresarios españoles más influyentes y presidente de la Fundación Botín, refuerza tanto su confiabilidad como entidad mercantil como su imagen responsable.

BBVA – Fundación BBVA
La Fundación BBVA es un referente en promoción de cultura, arte y la investigación. Presente en multitud de eventos y convocatorias, de nuevo vemos cómo el dinero depositado toma forma de inversión social.

En contra de la creencia popular de que la motivación de las empresas para constituir una fundación son los beneficios fiscales, estas grandes corporaciones no obtienen sus mayores beneficios por ese motivo, sino de las sinergias, colaboraciones, de la extensión de su alcance a nuevos mercados y grupos de interés y de su aparición en nuevos índices bursátiles cuyas variables se fijan con respecto a su responsabilidad social corporativa, como el FTSE4GOOD IBEX o el Dow Jones Sustainability Index.

El ejemplo de estas grandes fundaciones ha de marcar el camino a las miles de pequeñas fundaciones que realizan actividades de interés general por todo el país. En PYMEF trabajamos o hemos ayudado a constituir a casi un centenar de estas fundaciones, y queremos seguir creciendo a su lado.

Si estás interesado en formar parte de nuestra asocación de pequeñas y medianas fundaciones, ponte en contacto con nosotros a través de info@pymef.org y te contaremos como puedes mejorar la gestión de tu fundación.