Desde hace unos años un segmento de las ONGs ha ido transformando sus modelos de financiación, no sólo en lo que se refiere a la captación de recursos para sus propias entidades sino también en su papel como financiadoras de causas y su forma de contribuir a sus beneficiarios. Su “auto percepción” es cada vez más cercana a la de la figura del inversor social que la de la tradicional entidad benéfica basado en un sistema de donaciones.

Los sistemas de financiación tradicional implican una alta dependencia, especialmente de fondos públicos, que suponen el 77% de la financiación según la encuesta de Foro de Liderazgo 2019-2020. Estos fondos son fluctuantes y dependen de la capacidad económica del Estado u organismos gestores, lo que, en tiempos de crisis como es la actual, supone una disminución considerable de ayudas dirigidas a ONG.

También otras fuentes, como los donantes y un gran número de entidades privadas se ven afectadas por estas circunstancias disminuyendo su contribución al sector.

No obstante, estas fuentes tradicionales siguen siendo las principales fuentes para en mantenimiento de las entidades sin ánimo de lucro, por lo que consideramos importante mostrar los modelos de financiación de organizaciones que han sabido detectar la necesidad de transformarse e implantar sistemas híbridos, combinando las fuentes tradicionales con otras como el capital o los instrumentos de deuda.

2022 05 03 08h36 00 - Nuevas formas de financiación en fundaciones. Hacia un modelo híbrido

Esade sintetiza las vías de financiación de las ONG diferenciándolas en tres grupos:

  1. Sistemas convencionales de generación de ingresos:

Dentro de este grupo se pueden encontrar otros tantos subgrupos, como la captación de fondos privados (donaciones, socios, eventos, rifas, legados solidarios, aportaciones de fundaciones o empresas, etc.), la captación de fondos públicos o los ingresos derivados del patrimonio de la entidad, como podrían ser los alquileres.

  1. Sistemas de generación de ingresos por ventas de servicios o productos relacionados con la misión de la organización.
  2. Sistemas de generación de ingresos por inversión de impacto: las herramientas más desconocidas por parte de las ONG, siendo éstas créditos de inversores (inversión social responsable, ISR) o bonos de impacto social.

Algunos sectores son ejemplos de la eficacia de estos sistemas híbridos, como el de la inserción laboral, la salud, el comercio justo, las microfinanzas…Y es que no hay que olvidar que también el mercado se está transformado. Los consumidores cada vez tienen más presente en sus decisiones de compra factores como la sostenibilidad, el medioambiente, la salud o la justicia social, por lo que la participación en este mercado como proveedores con valores es una inversión inteligente y potencialmente efectiva. Esta oportunidad de monetizar sus bienes o servicios fundaciones puede resultar en un primer momento contradictoria con el concepto de no lucratividad, pero únicamente se trata de una forma de repensar su estrategia: consiste en una convergencia entre aportación al interés general y obtención de unos beneficios que permitirán el sostenimiento y crecimiento de la entidad. Un par de ejemplos que evidencian la convergencia entre las actividades comerciales y las fundacionales serían las residencias de mayores o los centros de salud. Además, con esta integración se frena uno de los posibles riesgos de la comercialización de productos como sería la pérdida de foco. En el momento en el que ambos objetivos son el mismo desaparece la posible desvirtuación de la actividad.

Por último, una referencia a una forma de financiación muy escuchada dentro del Tercer Sector, pero poco puesta en práctica que es la Inversión de impacto. Ésta vincula los rendimientos económicos al retorno social y medioambiental, considerando la inversión desde la triple vertiente, el conocido como triple bottom line: People, Planet, Profit o personas, planeta y beneficio, entendiendo la inversión como un todo donde las tres vertientes tienen un mismo peso en la toma de decisiones. Ante este modelo nacen los Bonos de Impacto Social (BIS) con un funcionamiento invertido, donde se condiciona el pago a la consecución de los objetivos previamente acordados. Fundaciones como la entidad PYMEF Creas Impacto Social han adoptado este modelo de trabajo con espectaculares resultados.

[Ver más: La fundación aragonesa CREAS, recibe 10 millones para impulsar su trabajo como fondo de inversión]

Si crees que tu fundación necesita un cambio de estrategia, pero no sabes cómo empezar a diseñarla e integrarla, puedes contactar con nosotros para que estudiemos tu caso y te asesoremos de forma personalizada. Puedes contactar con nosotros a través de info@pymef.org o llamando al 976 11 61 11 o al 667 295 395 (usamos WhatsApp).